Adolfo Espín

Gran profesional de Banca y Asesor ejemplar

 

Adolfo Espín


Uno de los compañeros a los que más he admirado durante mi vida profesional en el Banco ha sido Adolfo Espín Lamata, no solo por su enorme profesionalidad y amplios conocimientos bancarios (aunque tengo algunos años más que él, he de confesar que, desde el punto de vista bancario, me enseñó muchas cosas), sino también por su gran calidad humana. He valorado mucho poder realizarle una entrevista para «La Sirena de Aragón» y he llegado a la conclusión de que podemos aprender bastante por todos los conceptos con la misma.

Adolfo es un hombre polifacético, en muchos aspectos, pero se impone que, siguiendo la costumbre de esta tribuna, la primera cuestión que le planteemos sea sobre sus inicios profesionales en banca.

Yo creo que me valoras en demasía, pero por la buena amistad que nos une, accedo a tus deseos de entrevistarme. Te diré que a la edad de catorce años entré a trabajar en el Banco Central, con la categoría de botones, en la Sucursal de la Avenida de Madrid, 181 de Zaragoza, tras un examen previo, y con el apoyo de algunas personas, sobre todo de mi primo, Antonio Bernad Espín, que pertenecía a la plantilla del Banco como empleado y que posteriormente ocupó diversos cargos como Interventor y Apoderado, siendo muy valorado en la Entidad. Recuerdo que el mismo día entramos, Carlos Machín y yo, fue el uno de Agosto de 1966. Después de una larga trayectoria, obtuve la prejubilación en el año 2002.

Nos gustaría que nos hablaras un poco de esa larga trayectoria profesional tuya, tanto dentro como fuera del Banco.

En primer lugar, he de decirte que procuré siempre seguir formándome, al margen de mi trabajo, y tengo que confesar que el Banco me apoyó siempre al respecto, inclusive económicamente. Empecé estudiando el Peritaje Mercantil, en la Escuela Profesional de Comercio, obteniendo el título, y posteriormente me gradué como Profesor Mercantil. Con el transcurso del tiempo, también conseguí la licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales, en la rama de Empresa. Te tengo que confesar que estudiar y trabajar a la vez resulta algo gravoso, pero con buena voluntad y algo de suerte se consigue.

En el Banco Central también fuiste escalando puestos jerárquicos.

Empecé presentándome a oposiciones en Madrid, primero para Oficial Primero. Aprobando para segundo con el número 55 de España, pero como no había plazas me dejaron de ordenanza. Al poco tiempo me volvía a examinar y aprobé como Oficial Primero con el número 17, pero seguía de ordenanza por la misma circunstancia en la citada Sucursal, hasta que me llamaron para cumplir el Servicio Militar. Antes, como tenía inquietudes, también me presenté, al margen, a oposiciones para otras entidades, como el Banco Zaragozano, Crédito Navarro, Banco de España e Ibercaja y aunque aprobé, decidí continuar en el Banco Central, porque le estaba agradecido por los aspectos antes expuestos.

¿Qué sucedió después de cumplir con tus deberes militares obligatorios?.

Al volver, el tema estaba difícil y aunque parezca paradójico tuve que volver a examinarme pero sólo para auxiliar administrativo y me quisieron mandar a una sucursal en Cataluña. Pero, por fin, después de una reunión con el Director de Zona, conseguí que me respetaran mi condición de Oficial Primero y me mandaron con esta categoría a la Agencia nº 16, en el Barrio Oliver, en esa oficina estuve más de ocho años e hice buenos amigos como José Sánchez Anduj. Me ascendieron y pasé a la Agencia nº 11 (en el Barrio de Torrero) con la categoría de Interventor. Permanecía allí algún tiempo y después, con la misma categoría, me trasladaron a la Sucursal del Paseo María Agustín. Se dio el caso de que cuando se jubiló el Director de esa dependencia, estuve mucho tiempo teniendo que desempeñar los dos cargos, ya que no se por que motivo no suplieron su plaza. Al cabo del tiempo me ofrecieron ser el Director y accedía, ya que estaba haciendo las labores propias sin tener la categoría, esto sucedió siendo ya Banco Central Hispano. Permanecí en esa Agencia hasta mi prejubilación que ya he comentado antes.

Has sido siempre una persona muy competente y tengo entendido que, independientemente de lo que me has contado, nunca abandonaste tu pasión por el estudio y perfeccionamiento.

Si, me titulé como Gestor Administrativo en ejercicio y también, después de una serie de cursos, me gradué como Auditor, fui uno de los primeros de España pero no ejerzo. He realizado también muchos cursos profesionales patrocinados por el Banco que me han resultado muy beneficiosos.

Nos has comentado que eres Gestor Administrativo en ejercicio.

Si, independientemente de mi trabajo en el Banco, establecí un Despacho personal de Asesoría de Empresas y Particulares, desde el punto de vista fiscal, laboral y contable, ya que mis estudios se derivaban a una formación, no solamente para mi trabajo en el Banco, sino para otros menesteres profesionales de asesoría.

En la actualidad sigues regentando un importante y acreditado Gabinete  Empresarial.

Si, en la gama de todos estos aspectos y también financiero, sigo en la brecha en mi despacho y he de confesar que tengo buenas colaboradoras así como excelentes clientes de muy buenas empresas, asociaciones y particulares, algunos ya muy buenos amigos.

Sé que actualmente, en Zaragoza, tu Asesoría tiene un auténtico prestigio y tienes el reconocimiento de mucha gente.

Bueno, está mal que yo me vanaglorie de nada, pero afortunadamente no he tenido en mi negocio incidencias negativas dignas de mención y sí, que como he mencionado antes, se me reconoce muy positivamente mi labor, llegando a entablar inclusive lazos muy afectivos con mis clientes y sí, además cobro por mis servicios, la felicidad es completa. A veces me pregunto, si yo he estado en ocasiones a la altura de la confianza que la gente deposita en mí, y lo agradezco tanto que solamente por estos detalles ya me doy por pagado, pero claro el aspecto crematístico también es importante porque mis colaboradores trabajan mucho y tienen que cobrar.

Conozco tu forma de ser y dado que los asesores sois un poco como los confesores financieros de la gente ¿En alguna ocasión, desde el punto de vista emotivo, has hecho tuyos o te han afectado los problemas de tus clientes?.

Naturalmente y no se puede evitar. A mí, en ocasiones, me ha repre- sentado hasta perder horas de sueño, pensando en como solucionar los problemas ajenos, que muchas veces no puedes mantenerlos al margen de tu propia vida social y aunque, repito, se agradece la confianza que depositan en uno, resulta a veces muy duro.

Cambiando un poco de tema y dados tus amplios conocimientos bancarios y financieros, dentro del Banco, cuando estabas en activo, también has impartido cursos de formación y perfeccionamiento.

Sí, la Dirección Territorial me encargó impartir algunos cursos y lo hice con mucho gusto y aunque no se como sería mi capacidad de transmisión, porque es muy difícil expresar los conceptos que quieres explicar a los demás, resulta muy gratificante el compartirlos con tus compañeros.

En nuestro Club Cultural también diste alguna conferencia sobre temas fiscales y, pronto, abusando de tu confianza, te requeriremos para que pronuncies alguna otra sobre todos estos conocimientos que atesoras y que son tan importantes para todos, desde el punto de vista económico y fiscal.

Sí, hablé sobre el Impuesto de la Renta. Me tenéis a vuestra disposición cuando queráis.

Al margen de tu dedicación plena a todos estos apasionantes temas tuyos profesionales, sabemos que también encuentras tiempo para satisfacer tus inquietudes culturales y tenemos referencia de que, sobre todo, eres un gran lector.

Podríamos decir que empedernido, casi es una enfermedad mi afición a la lectura, tengo mi casa llena de libros. Me apasiona la historia en todas sus facetas, sobre todo la narrativa y en novela. La Arqueología también me entusiasma y me instruyo todo lo que puedo al respecto. De la música, sobre todo de la lírica (ópera y zarzuela), soy buen aficionado, pertenezco a La Asociación de Amigos de la Música de Zaragoza (A.M.B.A.) y con su presidente, Miguel Ángel Santolaria, tengo una entrañable amistad de siempre, además de haber sido compañero en el Banco, en la Agencia de la Avenida de Madrid, nuestros lazos afectivos nacen de nuestra cuna en la Parroquia de San Pablo, de la que los dos somos oriundos, él me regala grabaciones y discos que suplen algunas veces mi falta de tiempo para asistir a los emblemáticos actos que realizan. Me gustan mucho también los espacios abiertos, siempre que puedo me gusta ir a la montaña a respirar y a pasear. No obstante, para un hombre de «números» como yo es difícil sacar tiempo para estas saludables actividades, aunque considero que son muy necesarias.

Un hombre con tu experiencia, ¿qué podría aconsejar a estas generaciones actuales y venideras bancarias?.

Lo más importante es el trato comercial perfecto y desinteresado. Nunca crear una escala de valores por la importancia de la calidad económica que pueden tener los clientes. El que hoy es poco importante, el día de mañana puede ser un potentado. Hay que tratar de solucionar los problemas que nos planteen y practicar la empatía siempre. En la actualidad las relaciones humanas tienen una importancia vital en el trabajo bancario. En la banca en general, aún comprendiendo que el trabajo administrativo absorbe mucho tiempo, la calidad de servicio es vital y lamentablemente se están produciendo muchos casos a diario de una mala gestión y un mal trato a la clientela. En mi despacho me cuentan casos penosos por este concepto.

La entrevista la estamos manteniendo en el despacho profesional de nuestro amigo y gran persona, Adolfo Espín, y en su grata compañía, escuchándole con su fácil verbo, además de la importancia de los apasionantes temas que hemos contemplado, hacen que el tiempo pase en un vuelo, pero sabemos que para él es oro y no queremos abusar más de su confianza. De cualquier forma para mí es muy grato el contar con su fiel amistad imperecedera y, para todos, muy pronto, resultará muy ilustrativo y muy importante para nuestra economía doméstica, el escucharle, en alguna apasionante conferencia en nuestro Club Cultural, hablando de esos temas laborales y fiscales tan importantes y de los que él es un auténtico experto y maestro.

Por Templar

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